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Mostrando las entradas de enero, 2014

¿Qué ocurriría si se terminara el FUT?

Supongamos que, debido a un milagro de San Goloteo o a un suceso de origen salfatesco, se termina el FUT. ¿Qué ocurriría? ¿Se acabaría el mundo tal como lo conocemos? ¿Se produciría el descalabro económico que pronostican la centroderecha y los representantes de los gremios empresariales? ¿Huirían los inversionistas, como ratones en la previa del naufragio? ¿Se hundirían las mipymes, para las cuales, según algunos “sabios”, el FUT constituye su principal capital de trabajo? ¿Tiene usted la respuesta a mano, estimado lector? ¿No? Pues bien, lo invito a averiguarlo. Un fenómeno deja de producirse cuando la causa que lo origina desaparece. ¿Hay algo más obvio que eso? Si el día de mañana, por ejemplo, las placas de Nazca y Sudamericana se transformasen en seres pensantes y decidieran limar sus asperezas en forma pacífica, para deslizarse con suavidad una por debajo de la otra (con o sin Corte de La Haya de por medio), se acabarían los terremotos (por favor, no vaya a pensar que yo c

Acerca de Gervasio, Jorge Matute y el Checho Hirane

Gervasio Vieira, autor e intérprete de esa enorme e inmortal oda a la resignación, al amor filial no cultivado y a la incomunicación que se llama “Con una pala y un sombrero” (una obra maestra, qué duda cabe), falleció en 1990 en circunstancias nunca del todo esclarecidas. Parece, de hecho, haber demasiadas inconsistencias en la versión oficial acerca de su muerte. Existen peritajes de dominio público (al menos en sus puntos más relevantes), nunca desmentidos por quienes estuvieron encargados de la investigación correspondiente (la PDI), que las detallan, por lo que no me extenderé al respecto. Lo concreto es que está la duda instalada en su familia, en sus cercanos y en la opinión pública, y que quien debería haberla despejado, nuestro poder judicial, o no ha querido (con todas las gravísimas connotaciones que ello acarrearía), o ha sido incapaz (¿está nuestro sistema judicial a la altura de los requerimientos de la sociedad actual?) o no se ha tomado la molestia de hacerlo (¿hace nu

Los desafíos del nuevo gabinete

Tenemos gabinete, por fin. Y con sorpresas surtidas, hay que decir. Esperemos, por el bien del país, que sea muy exitoso; que quienes lo conforman cumplan, al igual que todo el resto del gobierno (Presidenta incluida), los requerimientos y exigencias que impone el Chile de hoy. No sirve de nada especular ahora respecto de si lo harán bien —si estarán a la altura del cargo que están asumiendo—, o si el exceso de expectativas, la falta de experiencia o lo que sea, les pasará la cuenta. La sabiduría popular es clara al respecto: “en la cancha se ven los gallos” y “el movimiento se prueba andando” son dichos plenamente aplicables en este caso. Tienen la oportunidad de hacer algo grande; ojalá que la aprovechen. A nosotros, la opinión pública, nos corresponde evaluarlos. Y para ello, para disponer de algún parámetro, nada mejor que pasar lista a algunos de los desafíos que enfrentan. Primero que nada, y en forma global, deberán encargarse de reducir la desigualdad. Es un propós

Tolkien, el Estado y la libertad

Desde el principio de los tiempos, la libertad ha sido una de las aspiraciones más sentidas del ser humano. Tanto es así, que disponer de la facultad de hacer lo que uno desee, con la única cortapisa de no pisotear la azotea del vecino, ha sido reconocido como un derecho inalienable en la Declaración Universal de Derechos Humanos  (en especial en los artículos 1 y 3) y en casi todas las Constituciones del mundo. También, por cierto, en la nuestra (puntualmente en el artículo 1° y en inciso 7° del artículo 19). Y por ello, tratando de protegerla o restablecerla (al menos, en el papel) se han librado muchas batallas a lo largo de la historia y, seguramente, se librarán muchas más en el futuro. Pero la libertad en sí, es más que un derecho. Las personas “nacen libres”, coinciden en sus primeras líneas las dos Cartas mencionadas, lo que significa que la libertad, tal como la vida, como los pensamientos, como los sentimientos, es una condición intrínseca al ser humano. El ser humano co

Los desafíos de la reforma tributaria

Ya sabemos que habrá, sí o sí, una reforma tributaria durante el próximo gobierno. Eso, salvo que haya un cataclismo de proporciones de por medio. Está considerada, de hecho, como uno de los pilares básicos del programa de la Nueva Mayoría, por lo que es un compromiso de campaña y, como tal, debe cumplirse. Convengamos en que los sistemas se reforman para mejorarlos, para corregir lo que no funciona como corresponde. Eso es algo, aparte de archisabido, más que evidente. Usted no reforma lo que presenta un buen desempeño. Por dicha razón es pertinente, cuando hablamos de desafíos, plantearse qué es, específicamente, lo que hay que corregirle a nuestro actual sistema tributario. Para ello, hay que partir por lo básico, por aquello que, si no se resuelve, no admite seguir adelante. Hay que partir por el principio. O sea, por los principios. Los principios son algo que debe respetarse siempre, en todo orden de cosas. Por eso se llaman principios. Bajo ninguna circunstancia

¿A qué sitio quieres llegar, Michelle?

— Minino de Cheshire, ¿podrías decirme qué camino debo seguir para salir de aquí? —preguntó Alicia. —Eso depende en gran parte del sitio al que quieras llegar —dijo el gato. —No me importa mucho el sitio… —dijo Alicia. —Entonces tampoco importa mucho el camino —dijo el gato. —…siempre que llegue a alguna parte —añadió Alicia como explicación. —¡Oh, siempre llegarás a alguna parte —aseguró el gato— si caminas lo suficiente! Lewis Carroll, 1865, Alicia en el país de las maravillas Hace casi 150 años, el genial gato ya tenía la película muy clara: no es posible elegir la senda correcta, si no se tiene claro el destino que se pretende alcanzar. No se puede seleccionar el medio, si no está definido el fin. No sirve de nada una estrategia (o un programa), si previamente no se establece el objetivo que se pretende lograr por su intermedio. Salvo que éste no interese, desde luego, en cuyo caso usted puede optar por cualquier ruta y, de seguro, a algún lugar arribará. Fue

Consideraciones para una buena reforma triburtaria

Termina, sin pena ni gloria habría que decir, el primer gobierno de la derecha desde el fin de la dictadura, y se acerca el momento en que tendremos, tras este recreo de 4 años, de vuelta a la centroizquierda. Debo confesar que tengo curiosidad. ¿Cómo se desempeñará la Nueva Mayoría? ¿Habrá aprendido de sus errores, en este breve lapso en el que tuvo que ejercer de oposición? ¿O volverá a repetirlos, cocinándose con ello a fuego lento, y pavimentándole el camino a alguna alternativa populista del tipo Chávez para el 2017? Las primeras señales, las que aparecen en su programa de gobierno, no son muy alentadoras. Hay que decirlo. Definitivamente, no se hace cargo en toda su dimensión del principal problema que hoy afecta a nuestra sociedad: la excesiva desigualdad. Varias de nuestras graves falencias sociales están tocadas así como por encima, como si faltaran diagnósticos claros y precisos, o no se dispusiera de las ideas necesarias para responder a éstos. Y un conglomerado de gobi

La desigualdad y la inequidad

Enviada a El Dínamo Nuestra excesiva desigualdad comienza a conmover al país, lo cual es bueno. Más vale tarde que nunca, podríamos decir. Incluso, se han organizado potentes seminarios para escuchar a los distintos expertos en la materia dar a conocer sus particulares visiones. Esperemos que, ya que en ellos participan connotados personeros del comando de nuestra futura presidenta, las ponencias que allí se expongan tengan buen destino. Que no sean sólo meros ejercicios intelectuales y que logren (las que califiquen, desde luego) convertirse en medidas concretas para, de una vez por todas, abandonar la política del avestruz y enfrentar el problema como corresponde. Aportémosles con una disquisición: ¿en qué se diferencian la desigualdad y la inequidad? La cuestión, aunque lo parezca, no es meramente semántica. Como verá en los próximos párrafos, estimado lector, responderla correctamente marca una importante diferencia, a la hora de seleccionar la dirección correcta por

¿Tributan las empresas en Chile?

¿Qué está preguntando este señor?, se cuestionará usted en su fuero íntimo (tal vez, incluso, reemplazando la palabra “señor” por alguna otra no tan equivalente). Por supuesto que tributan. Pagan, como todo el mundo lo sabe, el impuesto de primera categoría. Antes de que continúe lapidándome mentalmente, le pido que haga gala de su espíritu navideño (su influencia se extiende aproximadamente hasta un mes después de la festividad en cuestión) y me permita precisar mi interrogante. El sistema de impuesto a la renta vigente desde 1984 en nuestro país, establece que los sujetos finales del impuesto (esto es, quienes lo pagan efectivamente), son las personas naturales (léase, al respecto, toda la literatura especializada, en particular la que existe en la web del SII). A la amalgama entre el impuesto de primera categoría y el global complementario (o el impuesto adicional, si corresponde) se la denomina, de hecho, “impuesto integrado”, lo que significa que cuando las empresas pagan