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Mostrando las entradas de febrero, 2015

¿Quiere opinar del cambio de fiscal? ¿Para qué? Su opinión, téngalo claro, vale callampa

Para que no se malentienda, partiré recordando que la expresión “vale callampa” ―tomada del diccionario personal de Ena Von Baer― proviene del ochentero flipper y se refiere a los bumpers, esa especie de hongos o callampas en los cuales rebotaba la bola sin dar puntaje.  ¿Los recuerda? “Valer callampa”, entonces (o valer hongo, que es lo mismo), significa sumar cero. Algo que “vale callampa” es algo que no representa aporte alguno; que, lisa y llanamente, no vale nada. Aclarado lo anterior, pasemos ahora al cambio de fiscales. Tal como el caso Penta (que ya lleva dos, pero que debe tener un buen número más), este caso también tiene varias aristas. Revisemos algunas de ellas. Andresito y sus tíos A fines de los ochenta y comienzos de los noventa, Andrés Montes era un estudiante universitario. En esa época, de seguro, participó en muchas de las reuniones sociales (asados, parrilladas, cócteles, comidas) que su padre, que ya era un político de fuste, sostuvo con sus camaradas

El caso Penta y el Nueragate: la plena vigencia en Chile del derecho de pernada

Usada en sus comienzos para denominar al presunto derecho (o garantía, si lo prefiere usted), que se atribuían los señores medievales, de mantener relaciones sexuales con las doncellas de su feudo que contraían matrimonio (de manera previa al esposo, se entiende), la expresión ha derivado a designar cualquier uso abusivo del poder o la autoridad. En Chile, el derecho de pernada se practicó a toda orquesta durante los años de vigencia de nuestra criolla institución del inquilinaje, tanto en su restringida versión primitiva, como en la más amplia aceptada con posterioridad. Los privilegios patronales eran, qué duda cabe, considerables. Decir “se practicó”, sin embargo, es una grosera simplificación de la realidad. No es el tiempo pretérito el que debemos utilizar para referirnos a este tema. Porque la pura y santa verdad, la nuda veritas como decían los romanos, es que, como lo comprueban los escandalosos hechos que hemos venido conociendo durante los últimos años, tan “digna” i