Los multifondos, el peor desfalco de la historia de Chile
Los multifondos, el peor desfalco de la historia de Chile
¿Sabía usted que la principal razón de que las pensiones sean
tan bajas en Chile es que el sistema previsional está diseñado para
reducirlas? ¿Estaba enterado de que si no existieran los multifondos, ellas
serían mucho mayores? En fin, ¿está al tanto de que los multifondos son,
por lejos, el peor desfalco de la historia de Chile y que, pese a
ello, el actual gobierno pretende perpetuarlos? ¿No? Pues permítame comprobárselo
a continuación.
Los dos factores cruciales
Como lo sabe cualquier entendido, connotado o mediocre (¡qué
gran aporte del ministro Marcel!), la administración de los fondos
previsionales afecta el monto de las pensiones por dos vías: la comisión que
cobra por su servicio y la rentabilidad que es capaz de obtener. El
asunto es simple: si se quieren maximizar las pensiones, se debe pagar la
mínima comisión posible y obtener la mayor rentabilidad promedio anual que se
pueda. Algo que cae de maduro, por lo demás.
Respecto de la comisión, no me extenderé en esta
columna porque da para otra bastante larga. Solo mencionaré que la que pagan
los afiliados es, si no la más, una de las más caras del planeta —cuadruplica con creces, por ejemplo, lo que cobra la
administradora internacional de fondos Vanguard (googlee, por favor)— y además se paga anticipada —si usted deja de cotizar hoy, su AFP debe administrarle sus
fondos sin cobrarle nuevas comisiones hasta que jubile porque estas
ya están todas pagadas—. De manera que si se quiere mejorar
las pensiones, aquí hay una forma sencilla y garantizada: reducir las
comisiones a la cuarta parte y cambiar la forma de pago de anticipadas a
vencidas. ¡Ah! Y, por supuesto, exigirles a las AFP que devuelvan todas las
comisiones pagadas por anticipado por los afiliados por servicios que aún no se
han prestado y que en tal caso nunca se prestarían (son muy fáciles de
calcular, por si acaso). Antes de cerrar el punto, no puedo dejar de mencionar
que, según parece, la desastrosa reforma que pretende implementar el gobierno
estaría condenando a todos los afiliados a volver a pagar comisiones por la
administración de los actuales fondos pese a que ya las tienen todas pagadas
hasta su jubilación. Es un punto, no cabe duda, que requiere urgente
aclaración: ¿qué pretende hacer el gobierno con las comisiones anticipadas?
El desplome de la rentabilidad de los multifondos
Centrémonos en el segundo factor: si la rentabilidad de los
fondos de pensiones se reduce, las pensiones también lo harán. Cualquier
experto, connotado o mediocre (no me cansaré de repetirlo: ¡notable el
ministro!) puede corroborarlo. Le invito, entonces, a revisar qué pasó con la
rentabilidad de los fondos de pensiones tras la implementación de los
multifondos. Sé que es muy probable que usted encuentre execrables las cifras, que
le repugnen, que las deteste tanto como Paulina Astroza a Elisa Loncon, pero
son indispensables para evidenciar lo expuesto, así que ármese de valor y
paciencia y observe este pequeño cuadro comparativo de rentabilidades anuales
promedio:
Le explico el cuadro. Entre 1982 y 2002, la rentabilidad
promedio anual del único fondo existente fue, según la SP, de un 9,93% (casilla
destacada en verde). Sin embargo, la implementación de los multifondos
pulverizó ese buen rendimiento (casillas destacadas en amarillo). La
rentabilidad promedio anual de los cinco multifondos entre el 2002 y el 2022 se
desplomó de manera brutal, en casi todos los casos a menos de la mitad[1].
Algún experto, más bien de los mediocres ((¿habrá algún premio al que se puedan
postular aportes imperecederos como este?), podría argumentar que un
rendimiento así de paupérrimo obedece al comportamiento del mercado, pero la
porfiada evidencia dice que no, ya que la rentabilidad promedio anual del SP
500 (googlee, por favor) en ese mismo lapso alcanzó un 7,64% y la del fondo indexado
(vuelva a googlear) Growth ETF, administrado por Vanguard, al 9,11% (casillas
destacadas en naranjo). No existe duda al respecto: fueron los multifondos los
causantes de esta debacle. A casusa de ellos, un afiliado del fondo E obtuvo en
veinte años apenas poco más de un tercio (3,29%) de la rentabilidad anual
promedio de un fondo indexado(9,11%).
La comparación con el rendimiento de un fondo indexado es del
todo pertinente en este caso por dos razones fundamentales: (1) no se puede
evaluar una política pública ni la administración de un fondo de inversión —los fondos de pensiones son fondos de inversión; está claro,
¿verdad?— sin comparar (nada se puede evaluar sin comparar, de hecho).
(2) Por las características de los fondos indexados (Google las puede explicar
mucho mejor que yo), su rentabilidad es la mínima que debiera exigirse a las
AFP, más todavía considerando que cobran comisiones cuatro veces mayores.
El impacto de tan sustancial pérdida de rentabilidad debida a
los multifondos es demoledor para los fondos de pensiones y, por cierto, para
las pensiones. Es muy sencillo, Excel mediante, dimensionarlo. Le reitero que sé que es muy probable que las cifras le
provoquen tanta tirria como Fernando Atria a Renato Garín, pero, tal como
los abogados y los ingenieros comerciales, ellas son un mal necesario. Así que siga
armándose de valor y paciencia y échele un vistazo a este otro cuadro, donde se
observan los saldos comparativos entre los distintos fondos, el SP 500 y el
fondo Growth ETF de Vanguard para un hipotético afiliado con un sueldo de $ 1
millón mensuales que hubiese comenzado a cotizar en enero de 2003 en Cuprum:
Observe la fila Saldo, destacada en verde, que muestra los
montos aproximados que habría obtenido este afiliado hipotético en cada fondo
al final del lapso de veinte años comprendido entre enero de 2003 y diciembre
de 2022. Son distintos, por cierto, ya que las rentabilidades también lo son. Le
reitero que cualquier entendido en finanzas, desde el más connotado hasta el
más mediocre (utilizar esta frase me produce una satisfacción que debe ser
parecida a la que obtiene Sebastián Piñera al usar sus ya clásicos tres
adjetivos), corroborará que a mayor
rentabilidad, mayor saldo y viceversa. Es, de hecho, uno de los conceptos más
básicos de finanzas. Lo impactante es que, con idénticas cotizaciones,
este afiliado habría ganado siete millones y medio de pesos más en el fondo A que
en el E en el mismo período.
Sin
embargo, son las comparaciones con el SP 500, destacada en amarillo, y con el
fondo Growth ETF de Vanguard, en naranjo, las que muestran en toda su magnitud
el devastador perjuicio que los multifondos han provocado (y siguen provocando)
a cada uno de los afiliados: si ellos no se hubiesen implementado, si nunca
hubiesen existido, si todo hubiese permanecido como estaba, este afiliado
habría ganado entre 27,9 y 35,5 millones de pesos más como mínimo
en estos últimos veinte años, dependiendo del fondo que hubiese elegido. ¿Se da
cuanta? ¡Decenas de millones de pesos de perjuicio debidos a una injustificable
política pública! Esos son los multifondos: un mecanismo espurio que ha
destruido la rentabilidad de los fondos de pensiones y, con ello, ha masacrado
los fondos y las pensiones.
El
desfalco de los multifondos
Aunque
cada caso es diferente, los 11,5 millones de afiliados, cual más cual menos,
han sido perjudicados por los multifondos, muchos en cifras millonarias. Tal
vez puedan exceptuarse algunos por ahí que llevan muy poco tiempo en el sistema,
pero la inmensa mayoría ha perdido dinero a raudales con esta infame política
previsional. Si suponemos un perjuicio promedio de entre dos y cinco millones
por afiliado, estaríamos hablando de entre 20 y 60 billones
de pesos de perjuicio total provocado por el Estado a los afiliados.
Por muy lejos, el mayor desfalco de la historia de Chile, con los
agravantes de que sus principales víctimas son los pensionados y de que se
sigue perpetrando día tras día a vista y paciencia de todos.
Las
preguntas clave
Las preguntas clave aquí son dos: ¿por
qué? y ¿quiénes? Primero, ¿por qué se decidió implementar
este mecanismo, los multifondos, pese a que resultaba evidente que perjudicaría
a los afiliados?; segundo, ¿por qué, teniendo a la vista durante veinte años
sus nefastos efectos, los sucesivos gobernantes decidieron mantenerlo?;
tercero, ¿por qué el gobierno de Gabriel Boric lo defiende a toda costa y
pretende perpetuarlo en su deplorable reforma previsional? Por último, ¿a quiénes
beneficia este escandaloso despojo?
Las
razones de Ricardo Lagos
De
acuerdo con el mensaje presidencial que acompañó a la indicación sustitutiva
con que el gobierno de Lagos inició la tramitación de este funesto mecanismo[2], seis
serían sus fundamentos principales: (1) permitiría a los trabajadores acceder a
mejores pensiones; (2) permitiría a los afiliados lograr una distribución de
cartera más acorde a sus preferencias y necesidades; (3) mejoraría la
asignación de recursos en la economía; (4) incentivaría a los afiliados a
informarse acerca del desempeño de sus fondos de pensiones, imponiendo una
mayor disciplina a las AFP; (5) mejoraría el servicio de las AFP; y (6) conseguiría
que los afiliados se sintieran más partícipes de la administración de sus
fondos. Como puede apreciarse con absoluta claridad, todos son falaces de
manera absoluta.
Ni
hablar del primero, ¿verdad? Los multifondos, como se comprobó en los párrafos
anteriores, consiguieron justo lo contrario: masacrar las pensiones. El
segundo es una falacia del tamaño de un trasatlántico, pues los factores
emocionales —las preferencias de los afiliados lo son— no pueden estar
presentes en una administración profesional de carteras de
inversión; además, la casi totalidad de los afiliados carece de las más mínimas
herramientas técnicas para determinar cuál es la distribución de cartera que
más se ajusta a sus preferencias y necesidades. El tercero es peor todavía,
pues resulta que, en el caso de los fondos previsionales, la mejor asignación
de recursos es la que se obtiene maximizando la rentabilidad de los fondos y
entregando con ello mejores pensiones a quienes más lo requieren: el sector
pasivo. El cuarto podría calificarse de ridículo si no fuera una burla
sangrienta, ya que las AFP, con la complicidad de la SP, han ocultado durante
40 años los únicos antecedentes que permitirían a los afiliados evaluar tanto
su gestión como el desempeño de los fondos —los afiliados nunca han conocido el
resultado de su inversión (cuánto han ganado o perdido) ni el total actualizado
de sus cotizaciones, incluidas las llamadas «cotizaciones por comisión», ni el
total, también actualizado, de comisiones pagadas—, de manera que mal podrían informarse
acerca de ellos. El quinto ya es ridículo porque no se entiende cómo el hecho
de tener que administrar cinco fondos en lugar de uno mejoraría el servicio de
las AFP. Y para qué referirse al sexto, que es inexplicable (¿cómo podría
alguien sentirse partícipe de un sistema creado para perjudicarlo?).
La
justificación más recurrente
El
menor riesgo de la renta fija es la justificación más recurrente que han
utilizado las AFP, la SP y los sucesivos gobiernos y parlamentos para perpetuar
el desfalco de los multifondos. Aducen que los fondos más conservadores
protegen a los afiliados de las fluctuaciones del mercado de renta variable, y
que por ello son preferibles para quienes se hayan próximos a pensionarse,
dados los pocos años que tienen para recuperarse en el caso de una caída. Esto,
como cualquier entendido connotado lo sabe (los mediocres quizás lo ignoren),
es otra megafalacia por dos razones fundamentales: (1) las inversiones
previsionales de quienes están próximos a pensionarse, dada la expectativa de
vida de los chilenos, también son de largo plazo. En efecto (ratifíquelo
en Google), pese a la pandemia, esta se sitúa en torno a los 80 años y tiende a
crecer, por lo que los afiliados todavía estarán, al momento de pensionarse, en
promedio más de veinte años en el sistema. Y veinte años, como hasta el más
mediocre de los entendidos puede corroborarlo, es un horizonte de inversión de largo
plazo. (2) La justificación de que la renta fija es menos riesgosa que la
variable es cierta solo en lapsos breves, algunos meses quizás, incluso
un par de años; pero en períodos largos —20, 30 o 40 años— que son los
pertinentes para los fondos de pensiones, es una completa falsedad. En
tales lapsos, la renta fija no solo es mucho menos rentable que la variable,
sino además mucho más riesgosa. Si usted revisa las tasas de rentabilidad
promedio anual del SP 500 para períodos de veinte o más años durante las
últimos cinco décadas no encontrará ningún caso en que sean
menores a las del fondo E. Ni uno solo. Hágalo, por favor, vía Google, para
corroborar lo que estoy afirmando. Entonces, ¿de qué riesgo estamos hablando?
Cero casos durante medio siglo de historia… repito, ¿de qué riesgo estamos
hablando?
Por
el contrario, la lista de empresas emisoras de bonos que se han desplomado en
lapsos de 10 o más años ocupa varias páginas. En Chile, sin ir más lejos, están
los casos de La Polar, Farmacias Ahumada, Latam, Corona, Enjoy y Corpgroup,
entre los que se me vienen a la memoria. En el extranjero, cabe mencionar a Olivetti, Lehman Brothers, Enron,
Kodak, Blockbuster y un largo etcétera. Solo piense, a propósito de riesgo, en
cuánto valen hoy los bonos emitidos por esas empresas que se mantienen en las
carteras de los fondos de pensiones. Y cuánto valdrán los de todas aquellas que
se desplomarán en el futuro. La triste verdad es que los fondos de pensiones
jamás debieron haber invertido en bonos de largo plazo, ni en forma directa, en
el mercado nacional, ni de manera indirecta en el mercado internacional (cono
se rumorea que lo hacen, vía triangulación, en los mercados asiáticos).
¿Por
qué, entonces, si no existe ninguna justificación desde la perspectiva de los
afiliados para su existencia sino solo perjuicios, se implementaron los
multifondos?
La
razón es tan evidente como perversa: este miserable mecanismo se materializó
con el exclusivo propósito de crear un mercado de capitales de renta fija de
largo plazo y permitir a los bancos y a las grandes empresas acceder a vil
costo de los enormes fondos acumulados en el sistema. Se diseñó exprofeso para favorecer a los bancos y grandes
empresas a costa de perjudicar de manera irremediable a los afiliados (reducir
la rentabilidad de los fondos perjudica en forma irreparable a las pensiones;
está claro, ¿verdad?). Los multifondos
son, ni más ni menos, el medio a través del cual se somete a los afiliados a
una suerte de esclavitud financiera. Es algo muy parecido a obligar a las
personas a trabajar por salarios menores que el sueldo mínimo. Así de grave.
La evidencia es indesmentible. El interés de los afiliados y
el daño que se les estaba infligiendo jamás estuvo en el tapete, y nunca lo ha
estado desde entonces para ninguno de los gobernantes que vinieron a
continuación. Los multifondos fueron y siguen siendo una masacre
financiera perpetrada en contra de los afiliados con el beneplácito de la clase
política y con el exclusivo propósito de beneficiar a los grandes grupos
económicos.
¿Por qué los sucesivos gobernantes los han mantenido, pese al
evidente daño que provocan a las pensiones? Parece claro, ¿verdad? En la
disyuntiva de favorecer a los afiliados o a los bancos y grandes empresas,
todos han tomado el partido que más les conviene. Igual que los «expertos» y la
gran mayoría de los académicos. Es que resulta tan difícil morder la mano que
te da de comer…
Lo del gobierno, respaldar sin tapujos este grosero desfalco,
es impresentable e inentendible. De hecho, su pésima propuesta de reforma
previsional mantiene los multifondos y, con ello, perpetúa este grosero
desfalco (¿qué extrañas circunstancias habrán cambiado tanto a Gabriel Boric,
Jeannette Jara y Karol Cariola, entre otros, como para convertirlos en
cómplices de esta esclavitud financiera?). Resulta penoso constatar como el
poder arrasa con los discursos y las convicciones.
Más aún si se tiene presente que efectuando los pocos cambios
indispensables, el actual sistema podría transformarse en el motor que
impulsaría de manera definitiva al país al ansiado desarrollo.
[1]
https://www.spensiones.cl/apps/rentabilidad/getRentabilidad.php?tiprent=FP&template=0.
Valores al 31/12/2022.
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