Cómo ponerle término al corrupto sistema previsional chileno y comenzar a generar buenas pensiones
Cómo ponerle término al corrupto sistema previsional chileno y comenzar a generar buenas pensiones
Por Sergio Fernández Figueroa
Si eres neutral ante situaciones de
injusticia, has elegido el lado del opresor. Desmond Tutu.
El opresor no sería tan fuerte si no
tuviese cómplices entre los propios oprimidos. Simone de Beauvoir.
Nada justifica mantener un abuso;
menos aún los inconvenientes que generará su eliminación a los abusadores. Autor desconocido, aunque se habría usado en Estados Unidos, según
parece, cuando se discutió el fin de la esclavitud.
Resumen y conclusiones
1.
El objetivo fundamental de los fondos de pensiones
El objetivo fundamental de los fondos
de pensiones es obtener las mayores pensiones posibles para los afiliados.
Ello no significa, por cierto, que no puedan usarse con otros propósitos,
siempre y cuando estén supeditados a él y no le sean antagónicos o
incompatibles.
2.
Los cinco exclusivos factores que determinan el valor de las pensiones
Los factores que determinan el valor
final de las pensiones autogeneradas (las calculadas con el saldo de los fondos
de pensiones) son solo cinco: la inversión que efectúan los afiliados
durante su vida laboral, esto es, el monto que cotizan y la oportunidad en que
lo hacen; la rentabilidad que generan los fondos; el costo de
administración de estos; el plazo en el que se programa el retiro
del saldo acumulado al momento de pensionarse; y la rentabilidad promedio
proyectada para dicho plazo. Por consiguiente, en ellos debe centrarse
cualquier proyecto de reforma previsional que pretenda incrementar las
pensiones. Se debe trabajar en: aumentar las cotizaciones, eliminar las lagunas
previsionales, mejorar la cobranza de las cotizaciones impagas, minimizar el
costo de administración de los fondos, reducir el plazo en el que se programa su
retiro en el período pasivo y elevar la rentabilidad promedio proyectada para dicho
plazo, pero sobre todo en incrementar la rentabilidad promedio de los fondos,
ya que este es, por lejos, el factor más
incidente y el único que permitiría, en el mediano plazo, mejoras sustantivas
en los montos de las pensiones.
3.
Los siete salvajes abusos que se perpetran contra los afiliados mediante
el sistema previsional.
El corrupto sistema previsional chileno está estructurado exprofeso
para hacer justo todo lo contrario de lo expuesto en el punto anterior: no se
preocupa de las lagunas previsionales ni de las cotizaciones impagas, sus comisiones
de administración están entre las más altas del planeta, reduce de manera brutal
y a propósito las rentabilidades de los fondos de pensiones, aumenta al máximo
los plazos de retiro programado y reduce al mínimo la rentabilidad promedio
proyectada para dichos plazos al momento de pensionarse, todo ello con el
exclusivo propósito de beneficiar a terceros —los bancos, las grandes empresas emisoras de deuda, las compañías de
seguros de vida y las mismas AFP— a costa de perjudicar de manera
irremediable a los fondos de pensiones y, por tanto, a las propias
pensiones. Los abusos incorporados en él son los siguientes:
Abuso N° 1: Las comisiones de administración
anticipadas que pagan los afiliados a las AFP. Estas no se calculan en
función del fondo administrado, de la calidad del servicio recibido ni de la
rentabilidad obtenida, que sería lo correcto y la forma en que se opera en todo
el mundo, sino en proporción a la renta de los afiliados, que no tiene
relación alguna con el servicio prestado. Dicho mecanismo, ligar el pago de un
servicio a la renta de quien lo recibe, no resiste ningún análisis serio, y
ello obedece a que es nada más que una excusa creada para cobrar las comisiones
de manera anticipada sin que nadie se percate.
Es muy fácil demostrar, Excel mediante, que el plazo promedio del
anticipo es de 20 años, que este genera rentabilidades negativas para los
afiliados en los primeros años de cotizaciones, que quienes cotizan menos años
son afectados por menores rentabilidades y mayores comisiones promedio, y que
la forma de pago lleva implícita una doble comisión que puede llegar a
ser, dependiendo del fondo y de la AFP, equivalente en monto a las
comisiones formales.
Porque ese sería, según parece, el objetivo de este abuso: beneficiar a
las AFP pagándoles una segunda comisión, una cuantiosa comisión financiera
implícita en la forma de pago de las comisiones formales, a espaldas de los
afiliados.
El mecanismo de comisiones
anticipadas es, además, un esquema Ponzi. Como la administración de los fondos
existentes ya está pagada en su totalidad a las AFP hasta el momento de la
jubilación de los afiliados —en eso consiste el anticipo: en cada
cotización se paga la administración del monto ingresado al fondo desde esa
fecha hasta que el afiliado se pensione—, el sistema requiere que existan
nuevas cotizaciones para poder seguir funcionando. Si no hay nuevas
cotizaciones, el sistema colapsa. Se trata, en suma, de un mecanismo
inconstitucional, corrupto y en extremo riesgoso que aumenta sin justificación
alguna el costo de administración de los fondos de pensiones.
Abuso N° 2: Las dobles comisiones
injustificadas que pagan los afiliados a las AFP. Se conocen como «comisiones
fantasmas» porque no se registran en las cuentas de los afiliados, se desconoce
cuándo se giran, qué organizaciones las reciben, quiénes
son los propietarios de estas, qué comisión porcentual cobran, cuál es la
cartera que administran, a cuánto asciende su rentabilidad y por qué una parte
considerable de ellas se paga a fondos de inversión nacionales. En la práctica,
son cuantiosas dobles comisiones cuya única justificación es la palabra de las
AFP de que les son indispensables para obtener buenas rentabilidades.
Abuso N° 3: El brutal sobrepago de
comisiones de administración, que cuadruplica lo que cobran los grandes
fondos internacionales por el servicio. Durante
2022 las AFP cobraron a los afiliados 1 billón cuatrocientos dos mil
517 millones de pesos en comisiones, de las cuales 963.141 millones
fueron comisiones formales anticipadas y 439.376 millones, «comisiones
fantasmas». Por el servicio que prestan, un fondo internacional como Vanguard
habría cobrado alrededor de 335 mil millones de pesos, esto es, menos de la
cuarta parte. Las comisiones que cobran las AFP están, sin justificación
alguna, entre las más caras del planeta.
Abuso N° 4: La retención inconstitucional y
rayana en lo delictual de los fondos de pensiones de los afiliados que no son
habitantes de Chile, que los perjudica en cifras millonarias con el
exclusivo propósito de permitir que las AFP sigan cobrando sus comisiones de
administración. Es inconstitucional en este caso particular porque: (1) la
retención solo puede aplicarse a los beneficiarios de la garantía de seguridad
social, esto es, a los habitantes de Chile; (2) no existe «función
social» que la justifique; ni (3) tampoco ningún beneficio compensatorio
que la legitime. Se trata de un acto ilegal y arbitrario que vulnera siete
disposiciones constitucionales, cinco de la Declaración Universal de Derechos
Humanos y cinco de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Abuso N° 5: Los multifondos, el más
miserable desfalco de la historia de Chile, mediante el cual se jibarizan
las rentabilidades de los fondos de pensiones de una manera lindante con lo
delictual para financiar al mínimo costo al mercado de capitales chileno de
largo plazo. Su justificación es que el riesgo asociado a las carteras de
inversiones bien administradas es mayor que el de la renta fija, pero eso, en
plazos de 20 o más años, es una absoluta falacia. En esos plazos, la
probabilidad de que alguna empresa emisora de deuda de largo plazo caiga en
falencia es cercana a 1 mientras que la rentabilidad de una cartera bien
administrada triplica a una conformada por renta fija de largo plazo. Cuando se
implementaron los multifondos, la rentabilidad del único fondo existente (el C)
era cercana al 10% anual promedio. Al 31/12/22 la rentabilidad anual promedio
de 20 años cayó, en el caso del fondo E, a menos de la tercera parte de dicho
porcentaje. Incluso la del fondo A se empinó en poco más de la mitad. Y eso no
es un problema del mercado, ya que el SP 500 marcó 7,64% y Vanguard registró rentabilidad
promedio para esos mismos lapsos superiores al 9% anual. Los multifondos, con
el propósito de abastecer al mercado financiero de largo plazo de abundantes
recursos financieros a bajo costo, masacraron la rentabilidad de los fondos de
pensiones y, con ello, masacraron también a las pensiones. La pérdida de cada
afiliado debida a esta política, que es gigantesca, millonaria en muchos casos,
no tiene justificación alguna. Se trata, ni más ni menos, de una transferencia
desde el sector pasivo, el más desprotegido, a las arcas de los bancos y las
mayores empresas del país. Un caso de libro de explotación del hombre por el
hombre.
Abuso N° 6: La extensión desproporcionada de la
estimación de vida de los pensionados y la reducción excesiva de la
rentabilidad esperada de sus fondos de pensiones, con el exclusivo propósito de
beneficiar a la industria de las rentas vitalicias. La idea de este abuso es
que los montos calculados para el retiro programado sean inferiores a los que
ofrecen las aseguradoras para sus rentas vitalicias, de manera de asegurar la
colocación de estas.
Abuso N° 7: El sistema de desinformación
previsional y el ocultamiento de información básica e imprescindible para
los afiliados, que impide que estos puedan evaluar su inversión previsional
y a quienes se la administran. Se les ocultan los totales actualizados de cotizaciones
efectuadas y comisiones pagadas, el resultado (nadie sabe
cuánto ha ganado o perdido con los fondos de pensiones) y la verdadera
rentabilidad promedio anual de sus cuentas individuales, que no es la que
publica la SP, ya que esta es un mero promedio calculado sin considerar los
costos incurridos en obtenerla. Como resultado, los afiliados están
imposibilitados de evaluar sus inversiones previsionales y, lo más grave, a las
instituciones que se los administran.
4.
El absoluto desamparo en el que el Estado chileno ha dejado a los
afiliados de las AFP.
Ø El rol de la Superintendencia de
Pensiones.
La SP incumple de manera
manifiesta su misión institucional de proteger los derechos previsionales de
las personas, al permitir que se oculte a los afiliados información básica
imprescindible, al colaborar para desinformarlos —no informa, por ejemplo, que las rentabilidades
de los fondos que publica no consideran los costos incurridos en obtenerlas—, al hacer la vista gorda frente a las comisiones anticipadas
y los multifondos, al fomentar el negociado de las rentas vitalicias (de ella
depende fijar la expectativa de vida y la rentabilidad proyectada para el
período pasivo que se usan para calcular el retiro programado) y al faltar a la
verdad cuando señala que los fondos D y E, con un alto porcentaje de renta fija
de largo plazo, son menos riesgosos que los otros tres fondos, siendo que
ocurre todo lo contrario: tienen un riesgo mucho mayor.
Ø El rol del poder judicial.
La Constitución, en lo
que es su principal carencia, solo contiene un mecanismo que pueden usar los
ciudadanos para protegerse de los abusos: el recurso de protección. Sin
embargo, este instrumento está sujeto en la práctica al manejo arbitrario del
poder judicial. Al respecto, existe una suerte de criterio de no admitir o
rechazar sin mayor análisis cualquier recurso que afecte los intereses de las
AFP, empleando para ello incluso métodos que podrían calificarse de corruptos,
tales como la denegación del debido proceso (el poder judicial simplemente
omite pronunciarse acerca del asunto controvertido de los recursos) y el uso
impune de resoluciones que vulneran el artículo 7° de la CPR y son, por tanto,
nulas. Sean cuales sean las razones que impulsan al poder judicial a actuar de
esa manera, lo concreto es que dicha institución se transforma en la práctica,
como consecuencia de ello, en cómplice de los abusos previsionales descritos.
En Chile, por desgracia, no existe posibilidad alguna de que los afiliados de
las AFP puedan defenderse de los abusos del sistema corrupto que los rige.
Ø
El rol de la Academia y las ONG
Aunque no es una función
explícita de la Academia, en especial de las universidades púbicas, ni de ONG
como Espacio Público y el capítulo chileno de Transparencia Internacional, si es
función de todos, personas e instituciones, investigar, denunciar y combatir
los abusos de que se tome conocimiento. Al respecto, no existe evidencia en 40
años de que ninguna universidad pública, por medio de sus facultades de
economía y negocios, haya estudiado cuál ha sido el impacto en los fondos de
pensiones de la política de los multifondos o de las comisiones anticipadas.
Tampoco de que sus facultades de derecho hayan revisado la constitucionalidad de
las comisiones anticipadas, de los multifondos y de la retención de los fondos
de pensiones de los afiliados que no son beneficiarios de la garantía de
seguridad social porque no son habitantes de Chile. La Academia se ha omitido
de manera absoluta en esta materia tan trascendente.
Respecto de las ONG,
según parece Espacio Público y Transparencia Internacional ignoran estos abusos
y, en particular, que a los afiliados se les oculta información indispensable,
inocultable, de manera sistemática, vulnerando todos los principios existentes
en la materia, incluidos los de sus propios estatutos.
5.
¿Cómo pueden evidenciarse y transparentarse en forma sencilla los abusos?
Para evidenciar y transparentar los
abusos que se cometen contra los afiliados deben implementarse tres medidas:
Ø Establecer la obligación de que las
AFP publiquen, junto con su informe cuatrimestral, un certificado histórico
donde se detalle para cada cuatrimestre la información que han ocultado durante
más de cuatro décadas: el total de las cotizaciones que el afiliado ha
efectuado y de las comisiones de administración que ha pagado, ambas cifras debidamente
actualizadas a la fecha del certificado; el resultado obtenido (que se calcula
restándole al saldo las cotizaciones totales actualizadas); y la rentabilidad
promedio anual (que se calcula comparando el resultado obtenido con las cotizaciones
totales actualizadas y aplicando la herramienta financiera correspondiente). La
información de ese certificado transparentaría el impacto de las comisiones
anticipadas y de las bajas rentabilidades en los fondos de pensiones.
Ø Determinar y divulgar el impacto de
la política de los multifondos en los fondos de pensiones de los afiliados. Es
un proceso sencillo en términos financieros: basta con calcular los saldos que habrían
obtenido los afiliados con una tasa promedio del 9% anual, que es la que han generado
en los 20 años de vigencia de los multifondos los fondos de pensiones
internacionales bien administrados, y compararlos con sus saldos reales.
Ø Divulgar los montos, plazos, tasas y
condiciones de los instrumentos de renta fija de largo plazo en que están
invertidos los fondos más «conservadores», incluyendo aquellos que se habrían
adquirido en los mercados orientales mediante triangulaciones, de manera que
los afiliados puedan constatar de manera directa el uso que se le está dando a
su dinero.
Ø La divulgación de esta información
debe efectuarse en lo posible dentro de un paquete de soluciones al sistema
previsional, ya que efectuarla sin resguardos puede originar, dada su gravedad,
un nuevo estallido social.
6.
Dado el escenario actual, ¿qué medidas deberían tomarse para mejorar de
manera sustancial las pensiones, incluso en el corto plazo?
Las principales son:
Ø
Reducir
la estimación de vida de los pensionados a los 85 años y aumentar la
rentabilidad esperada promedio de sus fondos de pensiones al 5%, para partir.
Ello incrementaría las pensiones de manera inmediata y liquidaría el negocio de
las rentas vitalicias. Debe complementarse con algún seguro que permita atender
a quienes viven más de 85 años.
Ø
Eliminar
los multifondos, generando un solo fondo que se administre de manera
profesional y cuyo objetivo sea maximizar la rentabilidad de los afiliados.
Prohibir, de paso, las inversiones en renta fija de largo plazo. Por cierto, se
debe eliminar a las AFP del sistema, ya que no son organizaciones idóneas para
trabajar en función de los intereses de los afiliados.
Ø
Cambiar
el sistema de comisiones anticipadas a comisiones vencidas. Esto, dado el
esquema Ponzi vigente, generará problemas de financiamiento en la partida, por
lo que debe estudiarse cuáles son los montos requeridos para echarlo a andar y
cómo se proveen. Esta medida debe complementarse solicitando a las AFP la
devolución de las comisiones anticipadas aún no devengadas, las que son muy
sencillas de calcular para cada afiliado.
Ø
Reafirmar
que todos los afiliados que residen en otros países no tienen restricción ni
limitación legal alguna para retirar sus fondos de pensiones y trasladarlos a
sus lugares de residencia.
Ø
La
solución definitiva del problema previsional es, para aprovechar el
enorme poder económico concentrado en los fondos de pensiones, crear una
sola AFP de propiedad de los afiliados que minimice el costo de
administración e invierta los cuantiosos recursos existentes en proyectos
rentables que vayan en su directo beneficio. Proyectos tales como una financiera
que les otorgue créditos a tasas prime, un fondo de inversión inmobiliaria que
regule el mercado de los arriendos e intervenga en el de los remates de bienes
raíces, una empresa que explote el litio y un larguísimo etcétera. La idea sería
usar este enorme poder económico, que hoy se utiliza en beneficio de los bancos
y de las grandes empresa emisoras de deuda y en perjuicio de los afiliados, en
directo beneficio de estos. Por cierto, la forma de implementarlo es muy relevante.
7.
¿Por qué la propuesta de reforma previsional del gobierno es una mala
solución?
Ø Porque mantiene todos los abusos
existentes (da la impresión de que el gobierno no los conociera o no los entendiera).
La propuesta de reforma previsional del gobierno ni siquiera toca las
comisiones anticipadas; tampoco las «fantasmas»; mantiene intactos los
multifondos, que es el peor abuso de todos; no considera obligar a las AFP a
entregar la información que hoy le oculta a su afiliados; afecta de manera muy
somera al negociado de las rentas vitalicias; y ni siquiera toma nota de la
situación de los afiliados que residen en otros países.
Ø Porque desaprovecha una
oportunidad única: la de transformar a todos los afiliados en empresarios y
aprovechar en su beneficio el enorme poder económico concentrado en los
multifondos.
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