La UDI y los abusos
Lo
dijo Ernesto Silva, el actual presidente del mencionado partido de extrema
derecha: hay organismos gubernamentales
que están cometiendo abusos de poder en contra de los eventuales implicados, en
el curso de las investigaciones que se están desarrollando en torno al
denominado “Pentagate”.
Su comentario, de alguna manera, fue avalado por Evelyn Matthei, la última candidata presidencial de la extremista colectividad, y por otros de sus miembros más destacados. De hecho, el presidente de Libertad y Desarrollo, el think tank de la UDI, aventuró que la diligencia mostrada por los investigadores del caso podría interpretarse como "persecución política" (la encontró excesiva) lo que sería, no faltaba más, un abuso.
Sin perjuicio de que el planteamiento de Larraín es en extremo novedoso ―la excesiva diligencia de los investigadores sería un abuso en contra de los investigados; una idea revolucionaria, ¿no le parece?― los abusos específicos a los que se refirió Silva eran otros: consistirían, en innecesarias visitas, efectuadas por funcionarios de la Fiscalía, al hogar de Andrés Velasco, a las oficinas de una empresa ligada a Laurence Golborne y al estudio de abogados donde se encuentra radicado hoy Jovino Novoa.
Su comentario, de alguna manera, fue avalado por Evelyn Matthei, la última candidata presidencial de la extremista colectividad, y por otros de sus miembros más destacados. De hecho, el presidente de Libertad y Desarrollo, el think tank de la UDI, aventuró que la diligencia mostrada por los investigadores del caso podría interpretarse como "persecución política" (la encontró excesiva) lo que sería, no faltaba más, un abuso.
Sin perjuicio de que el planteamiento de Larraín es en extremo novedoso ―la excesiva diligencia de los investigadores sería un abuso en contra de los investigados; una idea revolucionaria, ¿no le parece?― los abusos específicos a los que se refirió Silva eran otros: consistirían, en innecesarias visitas, efectuadas por funcionarios de la Fiscalía, al hogar de Andrés Velasco, a las oficinas de una empresa ligada a Laurence Golborne y al estudio de abogados donde se encuentra radicado hoy Jovino Novoa.
Dejemos claro, antes de seguir, que abusar de alguien significa maltratarlo, o tratarlo de manera indebida, impropia, injusta, excesiva, prepotente, humillante o, incluso, deshonesta, aprovechándose de la mayor experiencia, fuerza o poder de que se dispone.
Desde
dicha perspectiva, ¿hay abuso en las mencionadas acciones de la Fiscalía? ¿Tiene razón la UDI al efectuar sus reclamos? ¿Se
abusa cuando fiscales y policías concurren a los domicilios de eventuales
implicados en un fraude de proporciones gigantescas, a recabar antecedentes
para llevar adelante la investigación criminal?
De seguro usted tiene su particular opinión al respecto, estimado lector Sin perjuicio de ella, no obstante, debo recordarle que en materia de abusos, la UDI nos da, a usted, a mí y a la inmensa mayoría de los chilenos, cancha, tiro y lado. Permítame comprobárselo con algunos ejemplos.
De seguro usted tiene su particular opinión al respecto, estimado lector Sin perjuicio de ella, no obstante, debo recordarle que en materia de abusos, la UDI nos da, a usted, a mí y a la inmensa mayoría de los chilenos, cancha, tiro y lado. Permítame comprobárselo con algunos ejemplos.
Partamos
señalando que en Chile, desde 1984, la tributación recae sólo sobre las
personas naturales, por lo que las empresas no pagan un peso por los servicios
públicos que consumen (el impuesto de primera categoría no es de beneficio
fiscal, sino un mero anticipo de los impuestos personales de sus propietarios).
Tan aberrante disposición, que nos obliga a todos los chilenos (a usted, a mí,
a la señora Juanita y a todo el resto) a financiarles sus consumos de servicios
públicos a empresas tales como La Polar, Cencosud, las farmacias y productoras
de pollos coludidas, todos los bancos, El Mercurio y las demás empresas
periodísticas, Goldex, los laboratorios farmacéuticos, las Isapres, las AFP y, por
cierto y dentro de un larguísimo etcétera, todas las que forman parte del grupo
Penta (así de infame es el sistemita), constituye, desde luego un abuso de
proporciones brutales, que se ha perpetrado por ya más de 4 décadas y que
seguirá perpetrándose gracias a la complicidad de nuestra actual presidenta (que
lo aprueba plenamente, ya que si no fuese así, lo habría suprimido fácilmente
por medio de su penosa reforma tributaria). Le recuerdo, para que vayamos viendo el terreno que pisamos, que los creadores de esta desvergonzada
iniquidad son, casi todos, miembros de la UDI.
En
directa relación con el punto anterior, está el modelo de desarrollo neoliberal
vigente, implementado hace 4 décadas, que sobrevivió a 4 gobiernos
concertacionistas consecutivos, y cuyos cimientos pretende desarmar Michelle
Bachelet (aunque, por lo visto en estos seis meses, no sabe cómo hacerlo). Este
modelo, aparte de situarnos entre los países de peor distribución del ingreso
del mundo, ha destruido la salud, la educación, la previsión y la vivienda
públicas, ha fomentado el traspaso de las mayores empresas del Estado a manos
privadas a vil precio, nos ha hecho dependientes en forma exclusiva de nuestros
recursos naturales, y ha creado dos Chiles, separados por un enorme abismo: uno
boyante, con un estándar de vida de país desarrollado, y otro agobiado, que se
moviliza en el Transantiago, ocupa los restos de la oferta pública de educación
y salud, y destina casi todo su sueldo en servir su angustioso endeudamiento. Un
país de señores y sirvientes. ¿Y quiénes se atrevieron a implementar en Chile un
modelo de desarrollo tan inmoral? ¿Quiénes idearon y pusieron en marcha ese ingente foco de abusos? Adivinó: gente que milita actualmente en la
UDI.
Prosigamos
con el increíble caso de los sobresueldos que cobran nuestros parlamentarios,
quienes aprovecharon el vergonzoso acuerdo que alcanzaron Ricardo Lagos y la
UDI para reajustarse su sueldo en un 158 % el mismo año en que el sueldo mínimo
se reajustó en un 2,5 % (un porcentaje 63 veces mayor). Ésa es la razón de que hoy tengan una renta
superior a los $ 8 millones mensuales e ingresos totales por sobre los $ 20
millones, mientras el sueldo mínimo apenas se empina sobre los $ 200 mil. Si
eso no es un abuso a costa de todos los chilenos, no sé a qué otra acción puede
dársele ese nombre. Y, por extraño que parezca, nuevamente la UDI fue protagonista.
Mencionemos
el verdadero saqueo al que es sometido el erario público en cada cambio de
gobierno por parte de la coalición ganadora, la que se encarga de distribuir a
todos sus “apitutados” en la enorme cantidad de cargos públicos, de planta, a
contrata o a honorarios) que están a su total disposición. Abuso del cual
participó en plenitud la UDI durante el gobierno de Piñera, y respecto del cual, pese a sus
actuales reclamos, no hizo esfuerzo alguno por ponerle
fin.
Hablemos
del atroz abuso que se comete con la gente que llega a la tercera edad en
condiciones de desamparo, a la que se le otorga una pensión asistencial de $
80.000 al mes que, más que pensión, es una limosna. Aquí no fue la UDI la que
ideó esta generosa medida (compare la pensión, por favor, con las dietas
parlamentarias: estas últimas son más de 100 veces mayores) sino la actual
presidenta, pero tengamos claro que, si hubiese sido por ella, tal medida no
habría sido implementada (la gente de la tercera edad, a juicio de esa noble
colectividad, no debe recibir regalos del Estado, ya que eso la inhibe para
procurarse su propio sustento).
¿Le
parece que comentemos lo que ocurre con los recursos naturales que, en teoría,
deberían pertenecer a todos los chilenos? ¿Qué le parece el regalo de nuestros
recursos pesqueros que, por 20 años, se les hizo a 7 familias? ¿Califica como
abuso? Fue no hace mucho, y al cuerpo legal que lo respaldó le llamaron “ley
Longueira”. Y Longueira, le recuerdo, es de la UDI. Uno de sus fundadores, nada
menos.
Ahora,
el regalo del cobre y de todo el resto de los minerales a las grandes mineras (primero
sin cobrar ni un peso por ellos, y luego, a cambio de un miserable royalty, que
más encima se implementó junto con una rebaja tributaria), ¿puede incluirse
dentro del concepto de “abuso”? ¿Y qué ocurre con el acaparamiento de los
derechos de agua a manos de Endesa? ¿Y con la destrucción del bosque nativo? Por
cierto, ¿sabe usted a qué partido pertenecen los precursores de la normativa
que respalda este pillaje? Está en lo correcto: forman parte de la UDI.
Desde
luego, no olvidemos el origen de todo este escándalo: el financiamiento ilegal
de las campañas políticas, tanto porque se efectúan por sobre los límites
establecidos (de manera oculta, desde luego) como porque se recurre a medios
fraudulentos para sacar el dinero de las empresas y, además, descontarlo de
impuestos. Éste es, no cabe duda, un feroz abuso en contra de los accionistas
minoritarios, de los candidatos que no recurren a tan infame medio de
financiamiento y de todos los chilenos. ¿Y quién es el principal partido
favorecido? Lo felicito, otra vez adivinó. Es, precisamente, la UDI.
De
manera que cuando la UDI, por medio de su presidente o de su última candidata
presidencial, habla de abusos, hay que prestarle mucha atención. Porque ellos deben ser,
no le quepa duda, los que más saben acerca del tema en nuestro país.
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