Acerca de la equidad, la libertad, el progreso y los equilibrios
Los equilibrios son importantes, qué duda cabe. Algunos son, de hecho, indispensables, como por ejemplo el que debe existir entre la vida familiar y la actividad laboral. Resulta evidente que si privilegiamos en exceso a una de ellas, necesariamente la otra se resiente. Equilibrar tiene que ver, entonces, con asignar las dosis adecuadas a factores de alguna manera antagónicos, competitivos, cuya optimización particular requerirá, de manera obligatoria, de un desmedro de los restantes. ¿Están la equidad, la libertad y el progreso en semejante disyuntiva? Si se desea mejorar alguno de ellos, ¿inevitablemente debe hacerse a costa de los otros dos? No. De ninguna manera. Por el contrario, en una sociedad democrática (como pretende ser la nuestra) es indispensable perseguir la optimización de cada uno de ellos. ¿Por qué? Pues, porque son complementarios, están indisolublemente ligados, ya que los tres son prerrequisitos imprescindibles para lograr el objetivo final de toda ...