¿Quiere opinar del cambio de fiscal? ¿Para qué? Su opinión, téngalo claro, vale callampa
Para que no se malentienda, partiré recordando que la expresión “vale callampa” ―tomada del diccionario personal de Ena Von Baer― proviene del ochentero flipper y se refiere a los bumpers, esa especie de hongos o callampas en los cuales rebotaba la bola sin dar puntaje. ¿Los recuerda? “Valer callampa”, entonces (o valer hongo, que es lo mismo), significa sumar cero. Algo que “vale callampa” es algo que no representa aporte alguno; que, lisa y llanamente, no vale nada. Aclarado lo anterior, pasemos ahora al cambio de fiscales. Tal como el caso Penta (que ya lleva dos, pero que debe tener un buen número más), este caso también tiene varias aristas. Revisemos algunas de ellas. Andresito y sus tíos A fines de los ochenta y comienzos de los noventa, Andrés Montes era un estudiante universitario. En esa época, de seguro, participó en muchas de las reuniones sociales (asados, parrilladas, cócteles, comidas) que su padre, que ya era un político de fuste, sostuvo con sus camar...